Siempre es difícil escribir sobre uno mismo. Por lo habitual de enfatizar lo bueno y no lo malo. Como toda historia, la mias hay altibajos, momentos tristes y alegres, los cuales también me han servido como crecimiento personal y tambíen profesional, sobretodo porque parte de mi vida se ha centrado en la medicina.

Esa carrera única y sacrificada, que no solo me permite un panorama biológico, sino también humano, que precisamente por eso a la psiquiatría, del cual soy un miembro más de sus filas, se le llama la rama humanista de la medicina. 

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El encontrar mi camino, no puedo decir fue un camino fácil, tuve momentos de renuncia y momentos de aventura. Momentos en que me rendí y otros que no paraba. 

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Y finalmente he logrado un camino, no de éxitos diría, por que ha sido como deambular por las calles de Antigua Guatemala, sino un camino que es así, sinuoso. Y que ahora después de tanto puedo dedicar a mis pacientes y aportar no solo mis conocimientos, sino mi parte humana.